Estamos acostumbrados a pensar que los mejores vinos son por naturaleza tintos o blancos, una percepción errada que nos cohíbe de disfrutar de las deliciosas mezclas en las que cientos de enólogos trabajan arduamente. Ese es el caso del vino rosado o rosé, como se conoce en diferentes partes del mundo. ¿Aún no estás seguro de probar este tipo de vino? Sigue leyendo porque aquí vamos a contarte lo más importante de esta deliciosa bebida.
Al contrario de lo que muchos piensan, el trabajo que conlleva la elaboración de los vinos rosados va más allá de combinar vino tinto y blanco que, previamente, hayan tenido su proceso de vinificación. La mezcla de color en el punto exacto, el detalle del sabor y las ‘burbujas’ de acidez que lo caracterizan requieren de uvas tintas de la máxima calidad, muchas de ellas cosechadas a mano recién entrada la vendimia como en el caso del MontGras Pink Sin. Un juego cromático que al final sorprende con bebidas suaves de mucha frescura, ideal para acompañar pescados y carnes con muy baja condimentación, ensaladas y postres. ¡Una delicia!
Después de vendimiar, el prensado de la uva se hace con tal cuidado para no aplastar los elementos solidos de la fruta. El mosto -que en este punto es incoloro- entra en contacto con los hollejos de las uvas por un lapso de 6 a 24 horas –esto dependerá de la intensidad de color que vaya a tener nuestro Rosé- un proceso de maceración de mucha atención y experiencia por parte del enólogo.
El proceso de fermentación varia en días y temperaturas, lo que terminará definiendo la disposición del vino. Es decir, producir vinos jóvenes para consumir de 2 a 3 años después de su vendimia o vinos de selecciones con un potencial de guarda de hasta 6 años como el Escorihuela Gascón Pequeñas Producciones Extra Brut Rosé.
Las variedades más utilizadas para la elaboración del vino rosado varían según la región, pero las más comunes son el Tempranillo, Pinot Noir, Syrah o Cabernet Sauvignon. En buenvivir puedes encontrar a base de Zinfandel como el MontGras Pink Sin; Tempranillo, como el Valdelosfrailes Rosado; y Malbec, como el Familia Gascón Rosé .
En Europa, el vino rosado es el favorito de los wine lovers en verano. A este lado del mundo, muchos prefieren tomarlo en lugares con temperaturas altas, pero lo cierto es que puede disfrutarse en cualquier momento del día. Brunch, picnics, asados e incluso comidas más elegantes son el momento perfecto para un vino Rosado.
La versatilidad de este caldo radica en las características de fruta y acidez que comparte de los tintos y blancos, que lo convierten en uno de los vinos preferidos por muchos. Así que anímate a disfrutar de un vino ligero y una buena compañía ¡Salud!