"Adoro mi deliciosa ignorancia"
entrevista de la revista LA BARRA a Julio Eduardo Rueda
octubre 2005 edición 14. pág 95 - 96
UNO DE LOS MÁS TRADICIONALES IMPORTADORES DE VINO EN EL PAÍS HABLÓ PARA REVISTA LA BARRA. SU PROPIA HISTORIA BIEN PUEDE SER EL RESUMEN DE LA RESTAURACIÓN EN COLOMBIA DURANTE LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS.
Hace unas dos décadas, cuando en este país del "Sagrado Corazón" se tomaba wiskhy para todo, para impresionar, para comer, hasta para brindar, y el vinito blanco o tinto apenas sí se daba en época de navidad junto a unas galletitas, un señor que importaba licores sentenció: "en pocos años, en Colombia, una botella de vino valdrá más que una de wiskhy". Hoy día, Julio Eduardo Rueda pasa la factura y con justa razón: la cultura del vino en Colombia crece cada vez más. "Mire, al vino hay que quitarle todos esos tabús que le han creado para hacerlo un tema complicado: esto de lo que se trata es de una cosecha de la tierra en unión con la madera" explica el creador de J.E.Rueda y compañía.
La Barra ¿Hace unos años cómo era el consumo de vino en el país?
J.E.R. Hay que empezar por el comienzo. El negociol era importar wiskhy y los otros licores, entre ellos el vino, eran muy esporádicos. Existían unos importadores. importantes como John Restrepo, Atlas comercial, Eduardo y David Puyana, Marpico, Pedro Domecq, Dislicores en Antioquia y, por supuesto, J.E. Rueda; todos estábamos intentando abrir alternativas diferentes de consumo. Recuerdo que aquí se consumía era Jhonnie Walker hasta que nosotros (J.E.Rueda y cia.) trajimos Buchanams con el lema de "Distinción" y nos posicionamos. En cuanto a los vinos sólo se tomaban los chilenos "Concha y Toro" "Undurraga" "Santa Rita" 6 "Los Vascos", todos Cavernet Sauvignon y pare de contar. Hay que tener en cuenta que era una ciudad más lenta, con almuerzos eternos que se pasaban con wiskhy. Usted veía en las mesas una jarra y un vaso para el agua, pero no más.
La Barra ¿Cuándo empieza a cambiar el panorama?
J.E.R. Mire, a mediados de los 80 usted ya encontraba en las mesas, además del vaso de agua, una copita para el vino (obviamente no eran copas sofisticadas) pero ya era un adelanto que se producía básicamente porque las mujeres empezaron a salir más a la calle, a los restaurantes y el vino se volvió, por decir-lo de alguna manera, femenino, con el Dubonet como aperitivo o el vinito blanco. Con el paso del tiempo la ciudad se va vol- viendo más rápida y se acaba la siesta, por ejemplo. También, las cartas de los restaurantes alivianan el menú, se balancean; y si miramos por otro lado, los holandeses en el Sena impulsan nuevas formas de comer y restaurantes como Piccolo café incursionancon el Carpaccio que se lleva a la perfección con el vino. Todo esto contribuye a cambiar la percepción del vino.
Ahora lo que tienen que hacer los establecimientos es darle mas comodidad al comensal; por ejemplo, multiplicar una botella por 1.8 y no por 3. Se hace razonable y se quintuplica el consumo.
CAMBIO DE MILENIO Y GLOBALIZACIÓN
A finales de los 90 irrumpen con fuerza las multinacionales como Diageo y Pernot, por ejemplo. Se recomponen los portafolios y se refuerzan en vino que ya es de muy alta tecnología. De hecho, Chile ingresa en el mundo de los vinos finos y hoy por hoy hacer mal vino es difícil. Con estos agravantes la palabra Mercadeo se desplaza para darle paso a Distinción y se acaba aquello de vino blanco y vino tinto. A partir del año 2.000 el consumo de vino se pone de moda y en los restaurantes se cambian las copas que aunque no son Riedel sí vienen en diseños especializados para el vino únicamente.
La Barra ¿Como importador e impulsor de la cultura del vino en Colombia, cuál es su per- cepción actualmente?
J.E.R. No es secreto que en el país estamos incipientes y se necesitan años para adquirir la cultura del consumo del vino; todo es un proceso de desviación cultural y estoy seguro de que tomar vino va a ser una cuestión diaria. Es como cuando la época del bluyín, sólo lo usaban los obreros, ahora todo el mundo se lo pone hasta con corbata. En eso los importadores tenemos alta cuota de responsabilidad y participación. Ya no se trata de importar cajas de vino, sino de traer buen vino. En mi caso particular, el de J.E.Rueda, le enseñamos a la gente a disfrutar del vino y no caemos en terminologías yen explicaciones no pedidas; la gente no quiere hacer vino ellos quieren probar buen vino. De hecho, realizamos catas para disfrutar. El mundo del vino es la Multimarca porque es la eterna búsqueda. Yo les digo a mis amigos "adoro mi deliciosa ignorancia".
La Barra ¿Qué le dice a la gente del sector de restaurantes, clubes y hoteles del país?
J.E.R. La cultura del vino ya está en todas partes. La gente ya tiene disposición de tomar vino, ya conoce más. Basta con ir y mirar las estanterías de las grandes cadenas como Carrefour y ahora pronto Carulla. Ahora lo que tienen que hacer los establecimientos es darle más comodidad al comensal; por ejemplo, multiplicar una botella por 1.8 y no por 3. Se hace razonable y se quintuplica el consumo. Nosotros ofrecemos garantía de que si se abre una botella y no se vende completa y va y se pica la cambiamos. Le demuestro que no hemos recibido la primera. Sugerencias para el sector hay muchas pero:
1- ¿Qué tal una chica atractiva que sepa de vinos y le presente el vino al comensal?
2- Tener una excelente carta de vinos. Que sea una guía ordenada, con etiquetas por ejemplo.
3- Unas excelentes copas, Riedel ojalá.
edición 14. pág 95 - 96